Etapas del desarrollo emocional: qué esperar a cada edad
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Criar a un niño es como ser el director de una película de emociones: hay risas, lágrimas, momentos de tensión y, a veces, un drama digno de un Oscar. Pero detrás de cada escena hay un cerebro en desarrollo, aprendiendo a gestionar emociones y a relacionarse con el mundo que le rodea. Las investigaciones más recientes en neurociencia y crianza, como las de Berrocal et al. (2024) y Martínez-Saura et al. (2024), nos dicen que el desarrollo emocional está profundamente ligado a la estructura del cerebro infantil y a los vínculos afectivos que construimos con nuestros hijos.

Aquí te cuento qué esperar en cada etapa y cómo acompañar a tu peque en este emocionante viaje.

De 0 a 2 años: El despertar emocional

En esta etapa, los bebés son como pequeñas esponjas emocionales. Desde el nacimiento, comienzan a formar vínculos con sus cuidadores principales, lo que sienta las bases para la confianza y la seguridad emocional. A los pocos meses, ya reconocen expresiones faciales y responden con sonrisas (¡o llantos, dependiendo del día!). Como se menciona en el artículo de Berrocal (2024), el contacto afectivo y la respuesta sensible de los padres activan áreas del cerebro relacionadas con el bienestar y la regulación emocional.

Ejemplo práctico: Tu bebé llora porque tiene hambre, frío o simplemente necesita un abrazo. Responder de manera consistente y cariñosa le enseña que el mundo es un lugar seguro. La comunicación con el/la bebé, además de ser una gran estimulación cognitiva, ayuda a fomentar vínculos emocionales fuertes y estables en el tiempo.

  • “¡Oh, parece que alguien necesita un cambio de pañal! Vamos a solucionarlo.”
  • “Me parece que esta bebé está cansada… ¿Dormimos un rato juntas?”.

De 2 a 4 años: La explosión de emociones

Bienvenidos a la etapa de los “terribles dos” (o como le llamamos en casa, “Los Intensos Dos”), que, seamos sinceros, a veces se extiende hasta los tres o cuatro años. Aquí, los niños empiezan a experimentar emociones más complejas como la frustración y la vergüenza, pero aún no tienen las herramientas para gestionarlas, lo que provoca desbordamientos emocionales y situaciones poco agradables. La crianza respetuosa en esta etapa es clave para el desarrollo de habilidades emocionales. En esta época las rabietas son muy comunes, y es nuestro deber como padres y madres conscientes, ayudarles a reconocer y comprender qué les está pasando.

Ejemplo práctico (y real como la vida misma): Mi hija, Nuestra Pequeña Animalista, con dos años me acompañaba a llevar a su hermano a una extraescolar… cuando no conseguía lo que quería, se tiraba al suelo y se ponía a gritar como si le fuera la vida en ello…

  • “¡La verdad es que sería genial poder cogerlo ahora! pero tenemos un poco de prisa, para hacer los recados y buscar a Pequeño Ingeniero. ¿Qué te parece si en otro momento, con más tiempo, volvemos y vemos si lo podemos comprar?”

De 4 a 6 años: Los pequeños filósofos

En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar empatía y a entender que los demás también tienen emociones. Empiezan a formular grandes preguntas sobre el mundo y la vida, y aquí es donde podemos guiarlos en la gestión de conflictos. Todavía están aprendiendo a manejar sus propios sentimientos, lo que puede llevar a conflictos con amigos o hermanos.

Ejemplo práctico: Tu peque se enfada porque su amigx lo trató mal en el colegio.

  • “Entiendo que te sientas molestx. ¿Qué crees que podrías decirle a tu amigx para resolverlo?”

De 6 a 12 años: La búsqueda de la independencia emocional

Durante la etapa escolar, los niños empiezan a desarrollar un sentido más claro de sí mismos y de sus emociones. También aprenden a regular mejor sus sentimientos, aunque todavía necesitan orientación. La confianza y el respeto mutuo entre padres e hijos son claves para que los niños desarrollen autonomía emocional.

Ejemplo práctico: Tu hijx está nervioso por un examen y dice: “¡No puedo hacerlo, voy a fallar!”.

  • “Es normal sentirse nervioso antes de algo importante, a mí también me pasa cuando tengo una presentación o un día importante en el trabajo… ¿Qué tal si repasamos juntos y luego hacemos algo divertido para relajarnos?”

De 12 años en adelante: La montaña rusa adolescente

Ah, la adolescencia, esa etapa en la que las emociones parecen amplificarse por mil… y cualquier situación puede convertirse en un drama épico. Aquí, los jóvenes buscan su identidad y se enfrentan a cambios neurológicos y físicos (entre otros muchos) importantes y luchan por equilibrar su independencia con el apoyo familiar.

Ejemplo práctico: Tu adolescente está molesto porque no le dejaste salir con sus amistades.

  • “Entiendo que estés enfadadx. ¿Por qué no hablamos de cómo podemos organizarlo para otro día y qué necesitamos cumplir ambas partes para que sea posible?”

Consejos generales para todas las etapas

  • Sé un modelo emocional: Los niños aprenden observando. Si muestras cómo gestionas tus propias emociones, les estarás enseñando con el ejemplo.
  • Valida sus sentimientos: En lugar de decir “No pasa nada”, prueba con “Entiendo que te sientas así. Estoy aquí para ayudarte.”
  • Fomenta la comunicación: Anima a tus hijos/as a expresar lo que sienten, ya sea hablando, dibujando o escribiendo.

Criar a un niño es un viaje lleno de desafíos, pero también de momentos inolvidables. Cada etapa del desarrollo emocional es una oportunidad para conectar, aprender y crecer juntos. Y recuerda: no necesitas ser perfecto, solo estar presente.

Bibliografía